DOLOR
El dolor es una sensación desagradable que se percibe en una parte del cuerpo, y que puede ser agudo o crónico. Es una señal del sistema nervioso que indica que algo no está bien. OMS
Es otro de los signos y síntomas, que informa que algo en nuestro interior no anda bien.
Se clasifica en dolor agudo: rápido, punzante y es parte de la respuesta inmediata refleja del cuerpo ante una agresión mecánica- química o térmica. Ejemplo al pullarse con un alfiler, una espina, etc. O al quemarse. Es un acto defensivo. (un dato muy importante es que un paciente ante una agresión no sienta dolor, quiere decir que hay una alteración de origen del nervio que debe transmitir al cerebro, y el paciente no percibe la pulla o el quemón.)
El otro tipo de dolor es el dolor lento crónico, es un indicador profundo de un estado anormal de alguna parte de nuestro interior, no se puede localizar de una manera exacta el sitio, porque su transmisión al cerebro es una zona mucho más amplia.
El cuerpo tiene sensores para todo tipo de dolor, y nervios que transmiten a través de fibras, siendo las fibras A delta las del dolor agudo y fibras C las del dolor crónico.
La diferencia de una y otras es la velocidad de transmisión, las del dolor agudo viajan de 6 a 30 metros por segundo, si medimos 1.50 o 1.90 metros, la percepción a esta velocidad es inmediata; quiere decir que la transmisión es rápida y por eso se percibe en menos de un segundo. Es reflejo, por eso ante una pulla o un quemón retiramos inmediatamente el dedo o el sitio afectado del traumatismo. Estas fibras viajan por la médula espinal al cerebro, región tálamo y corteza cerebral por una vía que se llama neoespinotalámica.
El dolor lento se transmite por fibras lentas de 0,5 a 2mts por segundo, son las fibras C, estas fibras viajan al cerebro por la médula espinal, a un centro ubicado en una zona que se llama bulboreticular, a nivel de la parte superior y bien interna de la nuca y a unos núcleos en la base del cerebro, por un fascículo que se llama paleosespinotalámico. Este dolor tiende a crecer con el tiempo, se vuelve intolerable y hace sufrir mucho al paciente
Cada vía tiene unas sustancias que permiten esta trasmisión siendo el ácido glutámico para el dolor rápido y la sustancia P, para el dolor crónico.
Tenemos en toda la zona bulboreticular, un centro que se llama centro de supresión del dolor-Centro de analgesia y las fibras nerviosas pertenecientes a este centro de control, liberan unas sustancias que se llaman neurotransmisores que permiten controlar el estímulo doloroso, se llaman la serotonina y las encefalinas (neoencefalina -leuencefalina). Y mucho más profundo en núcleos centrales del cerebro hay un sistema de control del dolor que se llama endocannabinoide, que tiene receptores a los opiáceos: morfina, cannabis, estas sustancias al administrarlas ayudar a mitigar dolores crónicos muchas veces intratables.
Cuando hay una lesión, se presentan cambios en la zona, con una mayor concentración de potasio, de ácido láctico o de sustancias como bradicinina, enzimas o el tejido dañado libera estas sustancias que desencadenan el dolor.
Apreciado lector, todo lo escrito es para decirle que lo primero ante un dolor y vamos a hablar del crónico, es preguntarnos qué está pasando en su interior, que le está diciendo ese dolor y no con un analgésico tratar de suprimir ese grito desde su interior que te está diciendo ojo, estoy en problemas.
Y ese problema puede ser; Un dolor de pecho o tórax que puede ser una isquemia del corazón, que le está diciendo me estoy quedando sin sangre y oxígeno, y es necesario evaluar y así evitar un infarto.
Ese dolor de epigastrio (Boca del estómago) que es constante, permanente, voy a la droguería y listo me dan un omeprazol o un antiácido bien potente y lo que hicimos es callarlo, puede ser el comienzo de una ulcera, o una gastritis severa o un cáncer, pero continúa haciéndome el remedio de la droguería, de la amiga, de la tía, abuela y cuando consulta ya es tarde.
Ese dolor de cabeza, tan común y puede ser tantas cosas, desde alergias, intoxicaciones a nivel hepático, ansiedad, estrés, etc.
Ese dolor de piernas, ¿Cómo está la circulación, que le lleva el oxígeno y como tanto lo he escrito hay acumulación de ácido láctico; el ácido duele y un analgésico no le soluciona el problema de fondo.
Es tan extenso el tema de dolor, que sería imposible, abarcarlo en este texto, pero lo que deseo que quede en su mente, que siempre hay un algo en su interior que no marcha bien, se expresa con dolor.
En la medicina biológica, nuestra esencia es como vivo, como respiro, como me alimento.
Las propagandas de televisión sencillo coma todo lo que quiera, intoxíquese lo que quiera, que se toma esta tableta X y listo, continúa la fiesta.
Si usted come sano, con buenas verduras y frutas y proteína, minimizando la comida chatarra, va a tener los nutrientes, antioxidantes, vitaminas y oligoelementos necesarios que le pueden dar un soporte bueno a su salud. Pero la carga tóxica en nuestro entorno esta tan alta que siempre necesitamos aportes externos bien formulados para drenar toxicidad y apoyar los órganos de desintoxicación: Hígado, vesícula, pulmón, colon, sistema linfático, órganos destinados a drenar tanta toxicidad que en el día a día consumimos o respiramos.
Hacer deporte equilibrado, trabajando flexibilizar, tendones y músculos apoya nuestro sistema muscular y así evitamos espasmos, que la mayoría de las veces son el origen del dolor tendino-muscular.
Respira bien, analice su respiración o la del vecino, su pareja, es muy superficial en el 95 por ciento de las personas. Vivimos como respiramos; rápido y superficial. Tome un tiempo tres veces por día y haga respiraciones profundas ojalá en aire libre. Siete respiraciones es un buen número, tres veces por día y aproveche esa respiración para relajar sus músculos. Su cuerpo y su salud se lo van a agradecer. (dos minutos cada ciclo por tres veces al día)
La medicina alternativa con todas sus ramas: acupuntura, terapia neural, homeopatía, Oxivenación, campos magnéticos, Ortho moleculares son una excelente terapéutica que trata de llegar al origen del dolor, incluso su nivel más profundo, el nivel emocional.
Hasta pronto
César Pompeyo Hernández MD